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Mostrando entradas de abril, 2010

Bajo las aguas

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Presa de Margalef, sobre el río Montsant Bajo las aguas: poblados, cementerios, creencias, esperanzas, trabajo, campos, casas... Escenarios a veces desalojados con altiva impaciencia, como en Riaño donde aún se recuerda y se lucha contra el embalse que arrebataba el futuro, que borraba la memoria anegando el valle. Otras veces, como en el Lago de Sanabria, bajo las aguas reposan los cadáveres de quienes murieron mientras dormían, víctimas de una presa mal construida que arrasó la población de Ribadelago hace ya más de 50 años. Los supervivientes y sus familias siguen acudiendo cada año para recordarlos, para que no se olvide lo que sucedió. No dejéis de mirar, descubriréis también allí una parte de lo que somos. Bajo las aguas, fuentes de la memoria. Riaño vive, la lucha sigue Fragmento del reportaje de Documentos TV La catástrofe de Ribadelago

Así estamos (sobre el pasado, el presente y el juez Garzón)

Guerra civil, franquismo, Falange, fosas... No hablamos del pasado, hablamos de jueces, denuncias, leyes, partidos, asociaciones, personas, concentraciones, protestas, debates de actualidad de los que hablan los noticiarios ahora mismo, de movilizaciones en las redes sociales, de noticias en la prensa digital, pero tratando cuestiones que debieran ser historia. Pero claro, historia presente aunque haya quien pretenda ocultarla, manipularla, reformularla o negarla. Quisiera poder dedicar esta entrada a cualquier otro asunto de los que aguardan su momento sin urgencias, pero la recuperación de memoria histórica democrática cuenta tanto con razones y militantes dispuestos como con enemigos capaces de todo y hay que aportar, de nuevo, un grano de arena junto a otros para denunciar que la persecución al juez Garzón es parte de una estrategia dirigida a conseguir que fracase cualquier intento de dignificación, por pequeño sea, de la memoria de las victimas del franquismo.        Así que a lo

La memoria del bosque

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  La memoria del bosque es un hermoso libro de Ignacio Abella , escrito con conocimiento y pasión y que, como podéis ver, atrapa desde la portada.    El autor ha recogido todo tipo de creencias, leyendas y ritos que explican el vínculo que entre naturaleza y civilización se ha dado a través de los siglos. Los bosques actuales y los árboles extraordinarios que han resistido el empuje humano son el resultado de esa compleja y fascinante relación visible hoy en sus límites, en su ubicación, en las especies que los habitan y en los rastros de humanidad que albergan. Santos, druidas, genios y todo tipo de seres fantásticos llenan sus páginas con historias que sirvieron para transmitir de generación en generación la necesidad de conservar, de respetar, atribuyendo a los árboles propiedades necesarias y poderes extraordinarios. Abella afirma que el conocimiento legendario del mundo aportaba una manera de hacer más actual que la modernidad sostenible. Aunque podamos mirar atrás pero no volver

Y una mañana todo estaba ardiendo

Pablo Neruda recitando Explico algunas cosas , cosas inexplicables, el inicio de una guerra que trastoca lo cotidiano y también lo extraordinario, como la poesía, que ya no puede ser igual, que ya no puede cerrar los ojos: Venid a ver la sangre por las calles, venid a ver la sangre por las calles.